miércoles, 17 de septiembre de 2014

¿FOBIA SOCIAL?: "no sabré que decir", "pensaran que soy raro", "me quedaré en blanco", "no tengo personalidad", "me despreciarán"

FOBIA SOCIAL

«No sé qué decir», «siempre meto la pata», «tartamudearé y no me entenderá», «me quedaré en blanco». «Se van a dar cuenta», «me están mirando», «sabrán que estoy  nervioso», «llamaré la atención». «Pensarán que soy raro, idiota, débil, que miento, que me estoy insinuando, que escondo algo, que soy homosexual, que estoy nervioso, que estoy haciendo el ridículo, que soy aburrido y que no estoy a la altura». «Me despreciarán», «no querrán hablar conmigo», «dejará de ser mi amigo», «me despedirá», «me va a abandonar».





La fobia social es un miedo irracional y desproporcionado a un cierto número de situaciones de interacción social. La persona está convencida de que actuará de manera inadecuada, ridícula, embarazosa o humillante, y que los demás se darán cuenta y la descalificarán o rechazarán. Esta convicción va acompañada de una, a menudo, intensa activación fisiológica como calor, sudor, rubor, temblores, taquicardia o sensaciones en el estómago. Ante este fuerte malestar cognitivo y emocional,
la persona tiende a protegerse evitando las situaciones comprometidas o, una vez en ellas, realizando conductas de seguridad destinadas a conseguir que sus temores no se cumplan y que sus sensaciones físicas desaparezcan.
Las situaciones sociales que habitualmente provocan este malestar, aunque son muy variables de persona a persona, suelen ser: asistir a fiestas o reuniones sociales, hablar en público, pedir información, comer o beber en público, conocer gente nueva, escribir mientras se está siendo observado o hablar por teléfono. Se habla de fobia social específica cuando estos miedos aparecen centrados en una gama mínima de situaciones sociales. La fobia social específica más habitual es hablar en público.

La fobia social es uno de los trastornos de ansiedad más habituales. Los estudios (Heimberg et al., 1995; Emmelkamp et al., 1992, Echeburúa, 1995; Badós, 2001) indican que entre el 1,5 y el 3,5% de la población general padece fobia social. Los sufridores buscan ayuda muy tarde: entre los 6 y los 20 años después de estar sufriendo el problema. La edad media en la que llegan a consulta de un profesional se sitúa entre los 27 y los 34 años de edad, aunque la persona empieza a sufrir entre los 15 y los 20 años. Respecto a la distribución por sexos, la fobia social es un problema más corriente en mujeres pero, sin embargo, son más hombres los que llegan a consulta. El nivel socio-cultural de los sufridores es medio-alto. Entre el 35 y el 50% de estas personas sufren también depresión clínica o subclínica, y entre el 16 y el 36% del total abusan del alcohol, los ansiolíticos y otras sustancias tóxicas.

TRATAMIENTO: TERAPIA COGNITIVA

Habitualmente el primer elemento activo del protocolo de tratamiento para la fobia social es la terapia cognitiva. La única excepción a esta norma sería el caso de aquellas personas que tuviesen un importante déficit de habilidades sociales. En estos casos el primer peldaño en la escalera terapéutica debería ser el entrenamiento de habilidades sociales.
Si el grado de depresión fuera clínico, o hubiese una adicción al alcohol u otras sustancias, es también muy probable que se diese prioridad a estas áreas-problema antes de acometer en sí la fobia social.


Fuente: Sevillá, J. y Pastor, C. Cómo tratar con éxito la fobia social. Valencia: Centro de Terapia de Conducta

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